¿Cómo abordar la Gestión de Residuos Peligrosos en mi Organización?

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La gestión de residuos peligrosos en Chile está regulada actualmente mediante el Decreto Supremo D.S. N°148/2003 que aprueba el Reglamento Sanitario sobre Manejo de Residuos Peligrosos del Ministerio de Salud. Este decreto establece las condiciones sanitarias y de seguridad mínimas para la gestión de este tipo de materiales, es decir, para su “generación, tenencia, almacenamiento, transporte, tratamiento, reúso, reciclaje, disposición final y otras formas de eliminación”.

De acuerdo a cifras del Ministerio del Medio Ambiente, en el año 2021 se generó un total de 19,6 millones de toneladas de residuos, de los cuales el 96,7% equivale a residuos no peligrosos y el 3,3% a residuos peligrosos. La Región de Antofagasta, seguida de la Región Metropolitana son las que más generan residuos peligrosos a nivel nacional y donde los mayores generadores corresponden a los rubros de refinería de petróleo, fundiciones de cobre, el comercio mayorista y la minería.

Los residuos son eliminados principalmente en rellenos sanitarios y vertederos. Si bien los rellenos sanitarios son instalaciones que cumplen las exigencias sanitarias y ambientales establecidas, los países cada vez se enfrentan a más desafíos en la gestión de sus residuos, debiendo potenciar la prevención y la valorización, donde todo residuo potencialmente valorizable deberá ser destinado a tal fin evitando su eliminación.

¿Qué es un residuo peligroso?

De acuerdo a lo indicado en el D.S. N°148/2003 del MINSAL, un residuo o una mezcla de residuos es peligrosa si presenta riesgo para la salud pública y/o efectos adversos al medio ambiente ya sea directamente o debido a su manejo actual o previsto, como consecuencia de presentar alguna de las siguientes características y donde bastará la presencia de una de estas características en un residuo para que sea calificado como residuo peligroso:

  • toxicidad aguda,
  • toxicidad crónica,
  • toxicidad extrínseca,
  • inflamabilidad,
  • reactividad y
  • corrosividad.

En relación a la toxicidad, la aguda es letal en base a pequeñas dosis que se puedan tomar, beber o tener contacto con la piel; la crónica es cuando un residuo peligroso tiene la capacidad de producir efectos adversos, ya sea en una exposición continua o repetida en bajas cantidades en un periodo prolongado; y la extrínseca es cuando al eliminar un residuo, esta eliminación o tratamiento da origen a una o más sustancias tóxicas crónicas que pueden poner en riesgo la salud de las personas y el medio ambiente.

Para la determinación de la característica de peligrosidad de un residuo, se debe llevar a cabo un análisis por un laboratorio certificado, quien determinará el tipo de peligrosidad del residuo según sus características.

Los residuos peligrosos se generan principalmente en procesos industriales y pueden encontrarse en estado sólido, semisólido y/o líquido. Algunos ejemplos de estos residuos son:

  • Aceites lubricantes
  • Grasas
  • Pilas y baterías alcalinas
  • Baterías acidas
  • Tubos fluorescentes
  • Tintas
  • Pinturas y disolventes
  • Plásticos contaminados
  • Envases contaminados con sustancias peligrosas corrosivas, inflamables y/o tóxicas
  • Trapos, huaipes y/o elementos de protección personal contaminados con sustancias peligrosas como aceites, grasas, pinturas, diluyentes, entre otros

Manejo de residuos peligrosos

De acuerdo a la normativa vigente, es obligatorio para toda instalación, establecimiento o actividad que anualmente de origen a más de 12 kilogramos de residuos tóxicos agudos o a más de 12 toneladas de residuos peligrosos que presenten cualquier otra característica de peligrosidad deberán contar con un Plan de Manejo de Residuos Peligrosos presentado ante la Autoridad Sanitaria.

El Plan de Manejo de Residuos Peligrosos debe ser presentado para su visación ante la SEREMI de Salud de la región en donde este emplazada la instalación, establecimiento o actividad, por lo cual el generador (titular de la organización) debe asegurarse de dar cumplimiento para evitar posibles multas y/o sanciones. Los contenidos mínimos que deben tener un Plan de Manejo se encuentran establecidos en el articulo 26 del D.S. N°148/2003 del MINSAL.

El objetivo que tiene un Plan de Manejo es establecer las medidas de gestión que permiten a los generadores conocer y evaluar sus residuos, mediante su tipología, cantidades y poder compatibilizarlos, esto último debido a que existen residuos que pueden ser incompatibles con otros, generando un potencial riesgo si se almacenan o transportan juntos. Asimismo, el Plan de Manejo va a permitir a los generadores contar con la trazabilidad de sus residuos peligrosos generados y optimizar sus procesos productivos con el propósito de privilegiar el reúso, recuperación y/o reciclaje; así como la segregación en el origen.

Otro punto relevante, es que el generador debe definir un encargado de la gestión de residuos para su establecimiento, quien será el responsable de la correcta gestión y manejo de los residuos peligrosos y de dar cumplimiento a las exigencias de la normativa legal vigente.

En relación al almacenamiento de residuos peligrosos, todo sitio destinado para dicho fin deberá contar con la correspondiente autorización sanitaria de instalación, a menos que éste se encuentre incluido en la autorización sanitaria de la actividad principal, según lo que indica la normativa legal vigente. El sitio de almacenamiento de residuos peligrosos debe cumplir con las siguientes condiciones:

  • Tener una base continua, impermeable y resistente estructural y químicamente a los residuos.
  • Contar con un cierre perimetral de a lo menos 1,80 metros de altura que impida el libre acceso de personas y animales.
  • Estar techados y protegidos de condiciones ambientales tales como humedad, temperatura y radiación solar.
  • Garantizar que se minimizará la volatilización, el arrastre o la lixiviación y en general cualquier otro mecanismo de contaminación del medio ambiente que pueda afectar a la población.
  • Tener una capacidad de retención de escurrimientos o derrames no inferior al volumen del contenedor de mayor capacidad ni al 20% del volumen total de los contenedores almacenados.
  • Contar con señalización de acuerdo a la Norma Chilena NCh 2.190 Of 93
  • Contar con las Hojas de Datos de Seguridad (HDS) de los residuos almacenados.

Cabe señalar que, el período de almacenamiento de los residuos peligrosos no podrá exceder de 6 meses.

Cuando los residuos peligrosos deban salir del sitio de almacenamiento hacia su lugar de disposición final, el generador se debe asegurar que su transporte sea en vehículos que cuenten con autorización sanitaria para realizar la actividad; además, los transportistas deben contar con una capacitación para el correcto transporte y enfrentar posibles emergencias y tener un plan de contingencias para abordar posibles accidentes que ocurran durante el proceso de transporte.

Previo al transporte, el generador deberá efectuar la declaración de Transporte de Residuos Peligrosos mediante el SIDREP (Sistema de Declaración y Seguimiento Electrónico de Residuos Peligrosos), de acuerdo a lo establecido en el D.S. Nº1 del Ministerio de Medio Ambiente del Registro de Emisión y Contaminantes, RETC, deben realizar su solicitud de registro a través de Ventanilla Única. Esta declaración permitirá a la autoridad sanitaria disponer de información completa, actual y oportuna sobre la tenencia de tales residuos desde el momento que salen del establecimiento de generación hasta su recepción en una instalación de eliminación. El generador deberá asegurarse que sus residuos peligrosos sean destinados a una instalación que cuente con autorización sanitaria.

Valorización de residuos peligrosos

Una de las alternativas de valorización más conocidas de residuos peligrosos corresponde a la fabricación de combustibles alternativos, que se genera a partir de residuos peligrosos que tienen alto poder calorífico como aceites de maquinaria pesada, solventes o pinturas, este combustible sirve para abastecer de energía a hornos cementeros que cuenten con resolución. Otra forma de valorización corresponde al reciclaje de envases contaminados, como estanques, contenedores, envases, para que puedan ser valorizados se requiere realizar una medición del material a través de ensayos para determinar su característica de peligrosidad, para luego a través de procesos tecnológicos transformarlo en residuo no peligroso. Lo anterior cobra relevancia en el marco de la economía circular y la Ley REP, la cual establece como producto prioritario el reciclaje de envases y embalajes.

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